¡Buenos días! Es martes y no diría que se acaba el año. Me
ha dado la sensación de que pasaba 2013 como una exhalación. Hoy es un día en
el que todos, de forma pública o privada; de forma consciente o inconsciente; o
ya sea de forma voluntaria o involuntaria al ver los resúmenes de las noticias
más importantes del año, hacemos un repaso de lo que ha sido para nosotros.
Digo repaso porque un balance vendría a ser algo más complejo y tendríamos que
entrar a valorar qué hemos hecho bien y lo que ha estado mal. Tenemos ya muchas
preocupaciones como para dedicarnos a ponernos nota.
Lo que este año he aprendido es que más vale no marcarnos
propósitos de año nuevo. Si día 31 de diciembre junto con las campanadas
estamos pensando en los kilos que vamos a perder, el gran nivel de inglés que
vamos a adquirir o las horas de gimnasio que dedicaremos a la semana lo único
que haremos será que el año que viene nos sentiremos algo peor por no haber
cumplido nada de eso. Quizás soy muy práctica pero más vale marcarse pequeños
(o grandes) objetivos durante el año.
Si aún así queréis pedir alguno de los típicos 'salud,
dinero y amor' no olvidéis que sin el primero; el resto no tiene demasiado
sentido. Cuando llega la enfermedad a una familia, no sólo la sufre el que la
padece sino que todo el entorno está perjudicado. Por desgracia, somos muchos
los que sufrimos y la mayoría destacamos la importancia de las personas que
tenemos al lado. Sin ellas, todo se volvería cien veces más complicado. Es por eso
que me gustaría que mirarais a vuestro alrededor y tendierais la mano a quién
le puede hacer falta. Hablo simplemente de un familiar, amigo o quizás vecino
pero eso sería una de las mejores cosas que podrías hacer en 2014. Vida
estresante la tenemos (o teníamos) casi todos pero el tiempo que uno ocupa
haciendo el bien es muchísimo más valioso que el que dedicamos a nuestras
rutinas.
Me aburre nochevieja pero aún así os deseo que tengáis una
gran entrada de año.
PD: Mucha fuerza Michael Schumacher. Necesito tener buenas noticias tuyas.